😱 Creatividad en Peligro: ¿Está la IA Generativa Robándole la Imaginación a Nuestros Estudiantes? 💭
Una reflexión pedagógica sobre cómo equilibrar la creatividad humana y el uso de la inteligencia artificial generativa en el aula, sin perder la autenticidad ni la voz de los estudiantes.
“La creatividad humana ha sido nuestro recurso más valioso, pero la tecnología podría estar a punto de redibujar sus límites.”
Zhou y Lee, 2023
¿Puede una máquina ser realmente creativa?
¿Estamos sacrificando la originalidad de nuestros estudiantes al introducir IA en el aula?
¿Es la IA un aliado o una amenaza para el desarrollo de ideas propias?
La creatividad ha sido históricamente uno de los rasgos más valorados en la educación. Con la llegada de la inteligencia artificial (IA) generativa, nos encontramos en una controversia interesante: ¿puede esta tecnología convertirse en una aliada para potenciar la creatividad de nuestros estudiantes?
La creatividad: Una habilidad multidimensional en tiempos de IA
Antes de entrar de lleno en el impacto de la IA generativa, es útil recordar qué significa realmente ser creativo. El concepto de creatividad, como señala Flores Puga (2024), abarca dimensiones que van más allá de la mera “inspiración”. La creatividad es, en realidad, un fenómeno multidimensional que incluye factores personales, de proceso, producto y contexto. Además, hace una propuesta sobre cómo la IA puede contribuir en el desarrollo de estos cuatro factores, como herramienta.
Persona: Se refiere a las características individuales que influyen en cómo cada estudiante se expresa creativamente. Esto incluye su personalidad, habilidades y experiencias de vida. La IA aquí puede ayudar a los estudiantes a explorar diferentes enfoques, brindándoles un “compañero” de trabajo que, a través de sugerencias, amplía sus horizontes sin imponerles un estilo particular.
Proceso: Incluye las etapas de ideación, incubación e implementación. Con herramientas de IA, los estudiantes pueden mejorar sus ideas al obtener inspiración rápida y automatizada. Flores Puga describe cómo la IA puede actuar como una “incubadora” digital, donde los estudiantes experimentan con conceptos en tiempo real, visualizando cómo evolucionan y se refinan sus ideas.
Producto: Es el resultado tangible de la creatividad, como un proyecto artístico, un texto o una presentación. Aquí, la IA permite que los estudiantes produzcan versiones más pulidas de sus ideas, ofreciendo opciones de diseño, estructura y estilo. La pregunta que queda abierta es: ¿hasta qué punto el producto final refleja la creatividad del estudiante y no la de la IA?
Contexto: Engloba el entorno social y cultural que rodea al estudiante. Un aula que fomente el uso responsable y crítico de la IA puede transformar a los estudiantes en creadores conscientes, no solo consumidores pasivos de tecnología. Como plantea el Marco de Competencias de IA de la UNESCO para docentes (2024), el rol de la educación es crucial para ayudar a los estudiantes a entender no solo el “cómo” sino también el “por qué” detrás de cada herramienta tecnológica.
Simplificar la creatividad al producto obtenido es justo lo que hace pensar a algunos que la IA está sustituyendo al ser humano o disminuyendo su capacidad creativa.
IA generativa como catalizador del proceso creativo
El capítulo “Cómo enfocar la creatividad ante la IA generativa”, del libro Inteligencia artificial y educación: Construyendo puentes, que aprovecho para recomendar, explora cómo esta tecnología puede facilitar ciertos pasos en el proceso creativo. Por ejemplo, herramientas de generación de texto como ChatGPT pueden ayudar a los estudiantes a superar el bloqueo inicial y a estructurar sus ideas, dándoles la libertad de enfocarse en las partes más personales y reflexivas del proceso creativo.
En uno de los talleres recientes que facilité en la Pontificia Universidad Católica del Perú, exploramos cómo la IA generativa permite a los estudiantes romper el “miedo a la página en blanco”, al proporcionarles un punto de partida que pueden personalizar y adaptar. Esta técnica se vuelve especialmente útil en entornos educativos, donde los estudiantes suelen tener inseguridades o falta de experiencia en la producción creativa.

Además, datos recientes muestran que la mayoría de adolescentes ya ha utilizado IA generativa, como ChatGPT o DALL-E, para tareas escolares o intereses personales. Por ejemplo, el último reporte de Common Sense Education (2023) confirma un uso creciente, aunque con poco acompañamiento. Esto plantea una gran oportunidad para integrar la IA en el aula de forma pedagógica y crítica.
Entonces, ¿qué rol debemos asumir los docentes frente a esta realidad? ¿Hacemos como si no existiera o nos formamos para acompañar este cambio?
Entre Pensamiento Divergente y Convergente: Redefiniendo la Creatividad Humana
La integración de la IA en la educación trae consigo oportunidades y desafíos, especialmente en la forma en que afecta el equilibrio entre el pensamiento divergente (exploración libre y generación de ideas) y el pensamiento convergente (estructuración y refinamiento). La IA generativa, con su capacidad para producir respuestas rápidas y estructuradas, puede inclinar la balanza hacia lo convergente, limitando la fase exploratoria que es clave para la originalidad.
Como advierte Flores Puga, existe una preocupación de que la IA pueda “homogeneizar” las expresiones creativas, proponiendo soluciones que se ajustan a patrones predefinidos. ¿Estamos reemplazando la búsqueda genuina de ideas originales por un sistema que optimiza, pero también predetermina?
Aquí radica el desafío pedagógico y ético: usar la IA como herramienta de apoyo, no como el centro del proceso creativo. La propuesta de la UNESCO es clara: los estudiantes deben aprender a usar la IA de forma crítica, ética y reflexiva.
Casos de éxito y limitaciones de la IA en el aprendizaje creativo
Diversos estudios recientes muestran tanto el potencial como las limitaciones de la IA generativa en contextos creativos. Por ejemplo, una investigación en EE. UU. sobre herramientas como DALL-E y Stable Diffusion reveló que, si bien los artistas aumentaron su productividad en un 25%, la novedad visual de sus creaciones disminuyó con el tiempo. Esto sugiere que la IA puede ayudar en eficiencia, pero no siempre en originalidad.
Este hallazgo refleja una tensión central: la tecnología permite producir más, pero no garantiza ideas únicas. Por eso, el papel del docente es insustituible. Más allá de enseñar a usar la IA, debemos acompañar a los estudiantes para que reflexionen sobre su proceso creativo y encuentren su propia voz.
La IA como puente hacia una creatividad colaborativa
Uno de los aspectos más prometedores de la IA es su potencial para fomentar la creatividad colaborativa. En un estudio realizado por Google sobre composición musical, la IA ayudó a músicos humanos a cooperar al reducir el miedo al error. En educación, esto puede traducirse en estudiantes que, al trabajar con IA, se atreven más a experimentar sin temor al juicio.
La idea de sinestesia generativa, propuesta por Zhou y Lee, representa esta colaboración armónica entre juicio humano y capacidad técnica. Los estudiantes pueden experimentar nuevas perspectivas, reforzando así su pensamiento crítico.
Conclusión: La IA y el equilibrio en el aula creativa
🧠 La IA generativa nos reta a repensar la creatividad, no a reemplazarla. Como educadores, tenemos en nuestras manos una poderosa oportunidad: guiar a nuestros estudiantes para que integren esta tecnología sin perder su voz, su autenticidad ni su capacidad de imaginar lo imposible.
El futuro no es humano o artificial: es humano con inteligencia artificial. Y eso requiere una pedagogía consciente, crítica y profundamente creativa.
📌 ¿Te interesa seguir explorando cómo la IA está transformando la educación y el aprendizaje? Entonces estás en el lugar correcto.
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